A propósito de un nombre callejero

Tirso Troncoso Voces


Subiendo por avenida Larraín en la comuna de La Reina se encuentra un almacén típico de barrio que se resiste a morir ante los gigantescos hipermercados. En realidad, lo único que tiene de particular es, sin duda, su nombre o su no-nombre. Quizás un modo de eludir su presencia a los ojos de esos grandes intereses que disfrutan ver morir estos pequeños negocios. Un modo de sortear, con algo de inteligencia, esas listas de los que deben ser aniquilados en manos de los mega negocios. 

A Odiseo le resultó la treta al ofrecerle a Polifemo un nombre falso que además permitía invisibilizarse ante los otros cíclopes o, al menos, engañarlos. Nadie fue el nombre que le dijo al uniojo de Polifemo. 


El “Almacén Sin Nombre” parece jugar con la misma estrategia, me ausento mediante un nombre que me invisibiliza pero al mismo tiempo, me dice. Es verdad que su nombre no niega su existencia en tanto que almacén, su astucia, al parecer, es tener un nombre vacío, un modo de ser mediante la negación, se dota de una nominación aparentemente inexistente pero sustantivada en su nulidad. 


Si el almacén pudiera hablarnos nos diría mi nombre es “Sin Nombre”. Aquella posibilidad del lenguaje de hacernos estas jugarretas nos permite en la vida cotidiana no asombrarnos cuando afirmamos que tenemos una deuda, es decir, en realidad tenemos lo que no tenemos. Respecto a este punto es recomendable leer de Humberto Giannini A propósito de la avaricia. La vaciedad de su nombre expuesto en el frontis me parece un modo de comparecer ante el lector que concurre a abastecerse, digamos, en estado de carencia, a este almacén que atiborrado de diversos productos se refugia en la ausencia de su nominación.


La remisión del lenguaje, o su auto-referencialidad, nos abre un mundo de aparentes incongruencias que nos permiten muchas veces expresar lo complejo. Cuando Lyotard define el deseo como una presencia ausente o una ausente presencia, refiere a esas experiencias en que el objeto del deseo “brilla por su ausencia”, digamos hace presente lo que no está. En cierto modo llamarse almacén Sin Nombre lo hace especialmente memorable. Prueba de ello son estas líneas que nacen de la reminiscencia.




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Escrito por Voces

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